
Antes de comenzar con el articulo he de darles las gracias a todos los lectores/as ya que desde hace poquito hemos rebasado las 1.000 visitas y es una cifra importante teniendo en cuenta la poca vida que tiene la Web, a todos muchas gracias.
El otro día mientras estaba en el balcón de mi terraza me ocurrió una cosa muy curiosa que según recuerdo me ha pasado otras veces cuando tenía menos edad. Tal vez a alguno de ustedes también le ha pasado y quiero dejar claro desde aquí que me gustaría contrastar los echos ya que me parece muy interesante el saber que a otras personas les sucedió lo mismo. Antes de contar toda la historia paso a detallarles unos cuantos términos que nos resultarán útiles para guiarnos por todo el proceso:
Percepción extrasensorial
Viene a ser la facultad mediante la cual algunas personas obtienen el conocimiento de algún suceso sin que aparentemente exista ningún canal de comunicación. Normalmente se capta información del presente y el futuro y parece que se origina una realidad alterna en torno a la persona que lo percibe. La percepción extrasensorial no funciona como un sentido físico; no parece tener una localización definida dentro del cuerpo y no depende de ninguno de los cinco sentidos.
Deja vu
Esta palabra como bien sabéis proviene del francés y significa "ya visto", un deja vu es la extraña sensación de haber vivido una determinada situación. Los estudiosos llevan mucho tiempo investigando cual puede ser la razón que explique el deja vu, de todas formas probablemente se debe a un error de nuestro cerebro difícil de explicar y que la mayoría de nosotros seguramente ha experimentado alguna vez a lo largo de su vida
Experiencia e historia
Comencemos por el principio, era una alegre tarde de verano y salí a la calle con todo el calor a comprarme un helado, ya en el camino iva pensando en mis cosas y por la otra acera diviso una silueta la cual se parecia muchísmo a una de mis tias. Pues sí, resulta que me acerco con la idea echa de estrecharle la mano y me encuentro que NO era mi tía... ¡vaya!, pensé para mí, sí era clavadita a ella, en fín seguiré mi camino.
Hasta ahora todo normal, compro el helado y transcurren unos 5 minutos, por supuesto ya voy pensando en 1.000 cosas más, me siento en un banco y entonces... en cuanto me olvido ¿adivinais a quien veo?, exactamente... ¡a mi tía!, pero a mi tía de verdad... al principio me quedo un poco pálido de la impresión pero reacciono rápidamente y me acerco a saludarla.
Por supuesto podeis pensar que lo sucedido pudo ser debido a la "casualidad" y estais en vuestro derecho de opinar... pero aún no he acabado.
Me vienen a la mente otras situaciones similares que he vivido, por ejemplo un buen día que estaba comprando en el supermercado en la cola que tenía justo a mi lado había un tipo que creí que era un amigo mio de la infancia (lo de creía es porque se parecía un montón) sin embargo al acercame comprobé que no era... Más tarde al salir del supermercado y de camino a casa misteriosamente al cruzar la carretera me encontré a ese amigo de la infancia que hacía años que no veía, ¿casualidad?, ¿suerte?... la verdad que es mucho más complicado de lo que parece, a continuación os expongo unos puntos interesantes que analizando un poco he logrado descifrar:
Divisas a la persona
Para entender este proceso lo primero que hay que saber es que tenemos que ver a alguien que nos resulte familiar y a continuación comprobar si realmente es esa persona que conocemos.
La mente piensa en la persona y al acercarnos vemos que nos hemos confundido
Tras acercarnos a nuestro conocido nuestra mente entra en un estado de "aviso" y se prepara para el saludo habitual, lo que ocurre que al corroborar que nos hemos confundido de persona rápidamente el "aviso" se apaga y queda en el aire como una especie de "llamada".
Nos olvidamos de la persona y la "llamada"" queda en el aire
Esta es la parte que considero más importante, al cabo de un pequeño intervalo de tiempo y de habernos olvidado de la persona que ivamos a saludar equívocamente, se produce una reacción en cadena en el espacio - tiempo que hace que la persona la cual pensamos saludar al principio (la de la "llamada") aparezca ante nosotros en alguna situación. También quiero recalcar que para que nos confundamos al principio la persona que vemos tiene que ser MUY parecida a la que conocemos.
Algunos pueden pensar que lo que aquí expongo es incierto, nada más lejos de a realidad como siempre acostumbro a decir lo mejor es que lo analiceis y comprobéis vosotros mismos y ya comenté que me encantaría saber si os ha ocurrido algo similar.
Pronto mucho más...
¡Carpe Diem!
Muy bueno, un saludo :)
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