Allen Psych | Seducción, Lenguaje corporal, Psicología y Autoayuda: Mejorar la imaginación activa

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sábado, 10 de mayo de 2008

Mejorar la imaginación activa



Hola a todos, hace tiempo postee un artículo titulado la imaginación activa pues bien, a continuación les detallo una serie de orientaciones para que obtengan un mejor rendimiento con todo lo relacionado con este interesante tema.

Cuando vuelves la mirada mental hacia dentro, y sin ninguna idea preconcebida esperas a ver qué aparece, puede ser que no suceda nada en absoluto. No te decepciones ni te angusties. A veces, los primeros intentos fracasan, y otras todo va sobre ruedas desde el primer momento. Quizás estés demasiado impaciente y, sin darte cuenta, trates de forzar las cosas. Es algo muy común en quienes se han con­vertido a ellos mismos en mecanismos de seguridad para mantener las cosas bajo control y no dejar que nada se les vaya de las manos. Debes acostumbrarte a dejar que las cosas sigan su curso.

Es posible que todavía no veas imágenes incluso después de varios intentos. Esto no tiene importancia; no hay reglas sobre la forma en que tiene que funcionar la imaginación activa. Puedes probar con el dibujo automático, o con la danza o alguna otra forma de expresión involuntaria. Puede ser que alguna de ellas se adapte mejor a tu psi­que, pero es igualmente probable que, al cabo de algún tiempo, empieces a ver imágenes con las que puedas relacionarte. Lo que te aconsejo es que te relajes, escojas tu propio procedimiento y esperes a ver qué pasa. Supongamos que la forma en que más fácilmente pue­des ejercitar la imaginación es la danza; pues bien, cuando hayas ter­minado toma nota, hasta donde te sea posible, de los pasos y movi­mientos que hayas hecho; como invariablemente tendrán para ti un significado simbólico, es muy posible que con el tiempo llegues a entenderlos realmente.

En determinados casos, puede seguir habiendo una falta de éxito. A veces hay algún bloqueo grave, pero no siempre es así. Bien puede ser que el tema que tú querías usar en tu ejercicio de imaginación activa se convierta en el motivo central de tus sueños en las noches siguientes.

También puede suceder que las imágenes que afloran a la superfi­cie sean tan comunes que no te sugieran nada. O, si son un poco más llamativas, quizá te preguntes si no forman parte de tus fantasías habituales. Todas estas reacciones son bastante normales, pero hay algo que debe quedar bien claro, y es que el inconsciente puede expresarse de maravilla en las cosas más ordinarias y en momentos en que sin duda no estamos fantaseando. Naturalmente, además, y con mucha frecuencia, nos vienen a la cabeza pensamientos o imágenes que nos hacen exclamar: «¡Esto es algo que jamás podría habérseme ocurrido!».

Una vez que las imágenes empiezan a fluir, es frecuente que se parezcan a una fantasía o una ensoñación. Durante el ejercicio de imaginación aparecieron símbolos y personas. Una vez que hayamos contactado con nuestros arquetipos inconscientes, ¡hemos de permitirles decir lo que quieran!. Dejemos que hablen libremente, aunque a veces puedan decir cosas muy desa­gradables. Hemos de tomarlos en serio, pero no tenemos que tragar­nos todo lo que nos digan. Aclarémonos para nuestros adentros por qué no estamos de acuerdo con ellos sobre determinadas cosas. Las explicaciones que se nos ocurran nos darán mayor claridad de visión en todo lo que se relacione con nuestros factores inconscientes y su impacto sobre la mente consciente.

Seamos completamente sinceros con los contenidos de nuestro inconsciente; ¡ellos lo serán de un modo terrible con nosotros! Si tenemos el valor de mostrar nuestros sentimientos al inconsciente, éste responderá de forma muy abierta ante nuestra actitud. Si algún arquetipo nos asusta, no lo ocultemos. Digamos simplemente: «Oye, me das miedo...». Siempre podemos preguntarle de dónde viene, qué intenciones tiene y cosas semejantes. Simplemente tengamos cuida­do, en cada caso, de no dejar que nos invadan sentimientos de pánico que nos paralizarían.

Sin embargo, en un ejercicio de imaginación puede producirse, sin causar problemas, un breve ataque de ansiedad y pánico. Pero si sentimos que el ataque se intensifica, hemos de recordar que la persona o la imagen interior es una parte nuestra, de manera que siempre podemos preguntarle algo, y en muchos casos, eso será lo único que haga falta para dominar el ataque de pánico. Preguntar cosas como «,Qué parte de mí eres?» o «,Por qué me haces sentir así?», generalmente mejorará el contacto, de tal modo que el sentimiento de pánico desaparecerá por sí solo.

Nuestra conciencia tiene mucho que aprender del inconsciente. Siempre que tenemos en cuenta al inconsciente, muchas de nuestras decisiones son considerablemente más equilibradas. Por consiguiente, no hemos de dejarnos apabullar cuan­do uno de los personajes del inconsciente nos diga de repente, duran­te un ejercicio de imaginación: «Ahora vete, que no te quiero...». En un ejercicio de imaginación activa, debemos estar en pie de igualdad con el inconsciente. Por lo tanto, es muy importante que tengamos un yo razonablemente estable, con la firmeza suficiente para resistirse a que se lo lleven por delante o lo muevan contra su voluntad, pero que también sea lo bastante flexible para dejar cierto espacio al inconsciente.

El resultado es que en nuestras visualizaciones pueden suceder cosas muy irracionales o muy poco éticas. No tratemos de suprimirlas, por­que están donde les corresponde, y tienen algo que decirnos. Aquí también la conciencia puede hacer una importante contribución. Al hacerle partícipe de nuestra visión de las cosas, podemos hacer que el inconsciente se entere de lo que son la ética y la moral. A él sólo le preocupa lo que es mejor para nuestro desarrollo, y no tiene en cuen­ta las consecuencias para los demás. La mente consciente es la que establece el vínculo entre los deseos del inconsciente y los valores del mundo exterior. Y nosotros andamos por la cuerda floja, por así decirlo, entre estos factores conflictivos, y tenemos que llegar a un equilibrio con nuestra conciencia. Al hablar con las figuras que emer­gen del inconsciente, a menudo podemos ayudarlas a adoptar una visión más amplia. Pero es obvio que si, de un modo irreflexivo, seguimos los dictados del inconsciente, lo más probable será que tro­pecemos con grandísimas dificultades en la sociedad.

Si intentamoss usar indebidamente la imaginación activa como una herramienta al servicio del "yo" (por ejemplo, para desarrollar poderes paranormales o para fortalecer otras capacidades de nuestro ego), entonces, tarde o temprano, el inconsciente se pondrá en nuestra contra. La sutil ayuda de la casa doce terminará siendo reempla­zada por el caos y la destrucción. Esto no quiere decir que haya que excluir los sentimientos cósmicos de la imaginación activa; al contra­rio, pueden darse momentos en que todo se convierte en uno, y durante un breve lapso, llegamos a experimentar una forma inefable e inédita de descanso y equilibrio. Entonces, estamos muy cerca del Tao, en la parte más profunda del Pozo en el 1 Ching.16 Tales senti­mientos pueden acompañarnos durante largo tiempo y ser una gran fuente de inspiración en todos los ámbitos de la vida.

Pronto más...

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1 comentario:

  1. Céfiro, estos ejercicios son muy interesantes y todos deberíamos practicarlos a menudo. Me alegra que escribas sobre ello y que nos animes a utilizarlos. Espero que escribas más técnicas, ayudas como esta son imprescindibles en los tiempos que vivimos.

    Un saludo
    Guido

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